jueves, 17 de mayo de 2007

María Sánchez

Cuando su tía le propuso aprender la escala de do mayor para la vuelta de vacaciones, la niña aceptó el reto. Tenía nueve años y le colgaban los pies en la banqueta del piano. Desde entonces no ha salido del conservatorio, primero como alumna y ahora como bibliotecaria, donde llegó gracias a su paso por la universidad para estudiar magisterio musical y musicología. Estudios que también le permiten trabajar en cualquier asunto musical que le proponen: transcripción de partituras, pasapáginas en conciertos, colaboraciones en revistas especializadas, coordinación de festivales...
La espinita de la música moderna se le clavó en casa, donde se escuchaba de todo, por lo que decidió cantar coros en el grupo Dr. Who. La cosa quedó ahí hasta que, de tanto acudir como fan a conciertos de amigos se animó a afilar los dedos de nuevo. Ahora se sienta al piano y ante el micrófono de coros de La Gata, entre amigos, disfrutando de algo tan esencial en su vida como la música. Se sabe alguna escala más que la de do mayor pero le siguen colgando los pies cuando se sienta en el autobús.

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